

Las ciudades en Catamarca no están conectadas de la mejor
manera posible. Pareciera que quieren separar a los pueblos. Siempre hay que hacer el camino más largo, por
lo menos nosotros llevando la casa rodante optamos por tratar de ir por asfalto
lo más que podamos. No le tememos al ripio, de hecho ya la casita conoce el
traqueteo de los serruchitos pero para llegar a Londres hay que hacer 70 km de
más si uno quiere llegar con auto y casa sanos.
Y desde Belén para Andalgalá en vez de hacer 90 km, hay que dar una
vuelta de 300.


Así que pasamos por Londres y postergamos visitarla para
cuando peguemos la vuelta y seguimos para Belén. Allí paramos en la casa de
Sonia y el Chuña quienes muy amablemente nos dejaron poner la casita en su
terreno. Ellos también desde su lugar le están poniendo el cuerpo a esta lucha
en contra de las empresas mineras, principalmente La Alumbrera y la futura Agua
Rica, ambas en el departamento de Andalgalá.

Al otro día nos despedimos de los chicos y nos fuimos para Londres. Un pueblo pintoresco con naranjos enmarcando sus calles. Paramos en el camping municipal El Molino, cercano a la Ciudad Sagrada El Shincal. El camping no estaba en pleno funcionamiento pero tenía luz y mucha agua que corría por sus canales internos así que para nosotros estaba bárbaro.
El Shincal es el sitio obligado para visitar en Londres.
Otro de los tantos lugares que la sociedad occidental llama “ruinas” y que los
pueblos originarios luchan por reivindicar como lugar sagrado, donde se
conservan las enseñanzas y energías de los ancestros diaguitas.



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